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La Ley de Seguridad Social de 1935 excluyó de la cobertura a cerca de la mitad de los trabajadores de la economía estadounidense. Entre los grupos excluidos se encontraban los trabajadores agrícolas y domésticos, un gran porcentaje de los cuales eran afroamericanos. Esto ha llevado a algunos estudiosos a concluir que los responsables políticos de 1935 excluyeron deliberadamente a los afroamericanos del sistema de la Seguridad Social debido a los prejuicios raciales imperantes durante ese período. Este artículo examina tanto la lógica de esta tesis como las pruebas empíricas disponibles sobre los orígenes de las exclusiones de la cobertura. El autor concluye que la tesis del prejuicio racial es conceptualmente defectuosa y no está respaldada por las pruebas empíricas existentes. La exclusión de los trabajadores agrícolas y domésticos del primer programa se debió a consideraciones de viabilidad administrativa relacionadas con los procedimientos de recaudación de impuestos. El autor no encuentra pruebas de ningún otro motivo político que implique un sesgo racial.
Agradecimientos: Me gustaría expresar mi agradecimiento al profesor Edward D. Berkowitz del Departamento de Historia de la Universidad George Washington por sus útiles comentarios sobre varios borradores del artículo, que también se benefició del escrutinio del profesor John W. Jeffries del Departamento de Historia de la Universidad de Maryland, Baltimore County. También tengo una deuda de gratitud con Gareth Davies, profesor de historia americana del St. Anne’s College de la Universidad de Oxford, por sus comentarios. Daniel Béland, de la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad de Saskatchewan (Canadá), también ofreció varias ideas útiles. Tengo una deuda especial de gratitud con Martha Derthick, profesora emérita de gobierno y asuntos exteriores de la Universidad de Virginia, que ofreció generosamente muchas ideas sobre cómo enfocar este estudio y cuyo gran interés en la cuestión reforzó mi propia convicción de que éste sigue siendo un tema importante. Este trabajo es notablemente más rico, y creo que más persuasivo, gracias a la aportación del profesor Derthick.
Cada año, millones de estadounidenses reúnen los requisitos para recibir las prestaciones de la Seguridad Social por primera vez. Si está pensando en acogerse a la Seguridad Social en 2016, es importante que entienda lo que implica el inicio de sus prestaciones, así como las implicaciones que su decisión tiene para sus finanzas a lo largo de la jubilación. Veamos los aspectos básicos que necesitarás saber sobre la Seguridad Social.
Cómo solicitar las prestaciones de la Seguridad Social Puede presentar una solicitud de prestaciones de jubilación de la Seguridad Social una vez que haya cumplido los 61 años y nueve meses. La Administración de la Seguridad Social recomienda presentar la solicitud tres meses antes de que desee comenzar a percibir las prestaciones, con el fin de disponer de suficiente tiempo de antelación para que los pagos se establezcan correctamente.
Para solicitarla, tiene varias opciones. La más sencilla es la solicitud de jubilación en línea de la SSA, que le lleva a través de todas las preguntas y la información que tendrá que proporcionar con el fin de establecer sus beneficios. La SSA dice que puede completar la solicitud en línea en tan sólo 15 minutos. También puede llamar al número gratuito de la SSA, el 1-800-772-1213, de lunes a viernes, entre las 7 de la mañana y las 7 de la tarde. También puede visitar una oficina local de la Seguridad Social en persona.
La buena noticia es que no pierde permanentemente sus prestaciones si se reducen. En su lugar, el importe de su pago se recalcula para que reciba el dinero retenido una vez que haya alcanzado la plena edad de jubilación, señala la SSA. Es otra forma de trabajar durante la jubilación que puede ayudar a estirar sus ingresos a lo largo del tiempo.Sus pagos no comenzarán automáticamente.Cuando esté listo para comenzar a recibir los beneficios mensuales, debe solicitarlos a la SSA. Puede hacerlo por teléfono (1-800-772-1213), en persona o a través de la solicitud en línea de la SSA. Algunos beneficiarios de la Seguridad Social acaban pagando impuestos por sus prestaciones, según la SSA. Todo depende de los ingresos que figuren en su declaración de la renta. Si declara más de 25.000 dólares como individuo (o 32.000 dólares conjuntamente), tendrá que pagar impuestos federales sobre sus beneficios, según la SSA. Las reglas para los impuestos estatales varían de un estado a otro.Sus pagos pueden ayudar a su familia.Digamos que sus beneficios mensuales resultan ser más que los de su cónyuge. Es una situación habitual, sobre todo en las familias en las que uno de los cónyuges ha interrumpido su carrera para quedarse en casa con los hijos. En estos casos, la SSA dice que su cónyuge puede tener derecho a una prestación adicional, hasta la mitad del importe total de su jubilación.
Esta novena fase del proyecto de Seguridad Social Internacional, que estudia las experiencias de doce países desarrollados, examina los efectos de la reforma de las pensiones públicas en el empleo a edades avanzadas. En las dos últimas décadas, la participación de los hombres en la fuerza de trabajo a edades avanzadas ha aumentado, invirtiendo una pauta de declive a largo plazo; las tasas de participación de las mujeres de edad avanzada también han aumentado drásticamente. Aunque la mejora de la salud, el aumento de la educación y los cambios en el comportamiento de la oferta de trabajo de las parejas casadas pueden haber afectado a esta tendencia, estos factores por sí solos no pueden explicar la magnitud del aumento del empleo y su gran variación entre países.
Los estudios de este volumen exploran cómo han evolucionado los incentivos financieros para trabajar a edades avanzadas como resultado de las reformas de las pensiones públicas desde 1980 y cómo estos cambios han afectado al comportamiento de la jubilación. Utilizando un modelo común para analizar la evolución en los distintos países, los resultados sugieren que las reformas de la seguridad social han reforzado los rendimientos financieros del trabajo a edades avanzadas, y que estos mayores incentivos financieros han contribuido al aumento del empleo a edades avanzadas.
